Doha, el 03 de noviembre (QNA) — En cada elección presidencial estadounidense, todas las miradas se dirigen a un número limitado de estados que se sitúan en una línea divisoria entre los partidos Republicano y Demócrata, conocidos como “estados indecisos” o “estados morados”. Los resultados de la votación en estos estados no son fáciles de predecir, lo que les confiere el poder de cambiar el rumbo de la carrera electoral en momentos cruciales y de determinar la identidad del ocupante de la Casa Blanca.
Estos estados, que combinan lealtades políticas contradictorias, representan campos de batalla políticos decisivos entre los dos principales partidos para determinar al ganador del liderazgo estadounidense durante un mandato presidencial de cuatro años.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales, previstas para el 5 de noviembre de 2024, aumenta la competencia entre la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, y el candidato republicano, el expresidente Donald Trump. Esto resalta la importancia de los estados “indecisos” en la determinación de los resultados electorales, al captar los votos de aquellos electores que pueden cambiar de inclinación en cada ciclo electoral.
Los estados de EE. UU. se dividen en tres colores principales que reflejan sus lealtades políticas. Desde finales del siglo XX, los estados que tienden a votar por los republicanos en las elecciones presidenciales se conocen como “estados rojos”, como Alabama y Florida, que se centran en una política conservadora, abogando por un gobierno más pequeño y por impuestos más bajos.
Mientras tanto, los “estados azules”, como California y Nueva York, adoptan políticas progresistas que apoyan la justicia social y la protección del medio ambiente, reflejando una demografía dinámica y tendencias liberales.
Ninguno de los cincuenta estados del país está exento de elementos y tendencias tanto republicanas como demócratas, o de grupos conservadores y liberales al mismo tiempo, como demuestran claramente los resultados de las elecciones presidenciales en cada ciclo.
En cambio, los estados “morados” o “indecisos” son aquellos que carecen de una lealtad fija a uno u otro partido, ya que se consideran escenarios competitivos vitales, donde cada voto tiene un valor multiplicado. Los candidatos presidenciales dedican tiempo a hacer campaña en estos estados, gastando cientos de millones de dólares en publicidad televisiva y radiofónica.
El mapa de los estados “morados” cambia con cada ciclo electoral, en respuesta a los candidatos y sus políticas, lo que provoca transformaciones drásticas o ajustes sutiles en la dinámica electoral. En las elecciones de 2024, se espera que seis estados sean indecisos: Arizona, Michigan, Georgia, Pensilvania, Nevada y Wisconsin, lo que pone de relieve la importancia de la adaptabilidad en las estrategias políticas.
Los estados “indecisos” se basan en una serie de factores dinámicos que contribuyen a la variación de sus lealtades electorales de un ciclo a otro. Uno de los factores más destacados es el impacto de los cambios demográficos, donde la migración y la transformación de la composición poblacional influyen en las preferencias de los votantes.
En el mismo contexto, las condiciones económicas ejercen una gran influencia en estos estados. Cuando las tasas de desempleo aumentan o el crecimiento disminuye, los votantes tienden a buscar alternativas en partidos y candidatos capaces de mejorar la situación económica y ofrecer oportunidades de empleo, lo que convierte a la economía en un tema central de las campañas electorales.
Las cuestiones sociales, como la inmigración irregular, la atención sanitaria y los derechos de las minorías, también desempeñan un papel decisivo en la formación de la opinión de los votantes, ya que estos temas adquieren cada vez más relevancia en sus intereses.
Por ejemplo, la pandemia de Corona (Covid-19) afectó enormemente a las cuestiones relacionadas con la atención sanitaria en las elecciones de 2020, convirtiéndola en el centro de atención de los votantes, especialmente en los estados “indecisos”, a la luz de su preocupación por los costes de la atención sanitaria y la eficacia de los sistemas de seguros.
Los resultados de las encuestas en ese momento mostraron que los votantes tienden a apoyar a los candidatos que presentan planes claros e innovadores para mejorar los servicios de atención sanitaria y aliviar las cargas financieras, lo que refleja la importancia de esta cuestión a la hora de configurar sus decisiones electorales.
En cuanto a la cuestión de la inmigración, refleja una profunda división en las opiniones de los votantes, que reaccionan de forma diferente ante las políticas de inmigración. Mientras algunos apoyan el endurecimiento de los controles fronterizos, otros prefieren políticas más tolerantes con los inmigrantes, lo que complica aún más el panorama electoral en los estados indecisos.
La situación regional e internacional tiene un impacto significativo en el voto de los electores, especialmente en los estados indecisos, donde la política exterior y la seguridad nacional cobran especial importancia. A los votantes les interesa cómo responden los candidatos a desafíos internacionales, como los acontecimientos en Oriente Próximo y la crisis entre Rusia y Ucrania, mientras que las campañas dirigen sus esfuerzos a atraer a los votantes indecisos.
Tras el retiro del presidente Joe Biden y la postulación de Kamala Harris el pasado agosto, las encuestas mostraron una leve ventaja para Harris sobre Trump en varios estados indecisos, aunque con resultados variados. Aun así, es demasiado pronto para predecir al ganador, dada la posibilidad de errores en las encuestas y el cambio en las opiniones de los votantes.
Otros sondeos han revelado un aumento en el entusiasmo de los votantes demócratas tras la candidatura de Harris, con un respaldo significativo para ella entre los demócratas y fuerte apoyo de los republicanos hacia Trump, mientras que los votantes independientes se inclinan ligeramente a favor de Harris. Asimismo, las encuestas reflejan una creciente satisfacción con ella en estados indecisos como Pensilvania, Michigan y Wisconsin.
Los estados indecisos continúan siendo campos de batalla electorales cruciales y un importante indicador del futuro de la política estadounidense, lo cual exige que las campañas adopten estrategias acordes con las motivaciones económicas, sociales e internacionales de los votantes en dichos estados.
03 noviembre 2024
Elecciones presidenciales en EE. UU.: los estados indecisos como escenario decisivo para determinar al ganador de las elecciones presidenciales
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